Miles de trabajadores y activistas en todo el mundo están preparando huelgas y protestas coordinadas contra Amazon durante el período pico de compras del Black Friday al Cyber Monday. La campaña “Make Amazon Pay”, que reúne a participantes de más de 30 países, acusa al gigante tecnológico de alimentar la desigualdad, socavar los derechos democráticos y generar daños ambientales.
El núcleo de la denuncia: explotación e influencia
Las protestas surgen de una preocupación más amplia de que el poder de Amazon se extiende mucho más allá del comercio minorista. La empresa ahora domina la logística, los servicios en la nube, la vigilancia, el control fronterizo y el lobby político. Los críticos argumentan que las contribuciones políticas de Amazon –incluido el financiamiento para la toma de posesión de Donald Trump– han beneficiado directamente sus intereses comerciales a través de la desregulación y los esfuerzos antisindicales.
“Amazon, Jeff Bezos y sus aliados políticos están apostando por un futuro tecnoautoritario, pero los trabajadores de todas partes dicen: basta”. – Christy Hoffman, UNI Sindicato Global
El movimiento destaca que el modelo de Amazon profundiza la desigualdad y suprime los derechos de los trabajadores a organizarse y exigir condiciones laborales seguras. En Manesar, India, la trabajadora de almacén Neha Singh describe condiciones de calor extremo en las que los empleados se ven obligados a trabajar durante desmayos bajo amenaza de recortes salariales o despidos. Se acusa a la empresa de tratar a los trabajadores como prescindibles en la búsqueda de objetivos de productividad implacables.
Se intensifican las preocupaciones medioambientales y políticas
Más allá de las cuestiones laborales, los grupos ambientalistas sostienen que la creciente influencia política de Amazon plantea riesgos más amplios. El apoyo de la empresa a regímenes represivos y su papel en los sistemas de vigilancia –incluidos los contratos con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE)– están bajo escrutinio.
Las tecnologías de Amazon están entretejidas en sistemas de violencia en todo el mundo, según activistas, que señalan su participación en las redadas de ICE y la represión de los palestinos. La campaña exige que Amazon rinda cuentas por su impacto ambiental, incluido el consumo excesivo de agua y energía en sus enormes centros de datos.
Acción global: de huelgas a protestas digitales
Se planean protestas en todo el imperio global de Amazon, incluidas huelgas en Alemania, manifestaciones del Cyber Monday en Estados Unidos contra contratos de ICE y acciones en Europa, Australia, Indonesia, Taiwán y Sudáfrica. Los organizadores también están coordinando protestas digitales, trucos de proyección y eventos de solidaridad en línea para amplificar el mensaje.
La coalición “Make Amazon Pay” exige salarios justos, pago de impuestos corporativos y restitución financiera por el daño ambiental. Los últimos informes financieros de Amazon muestran que la compañía pagó 1.400 millones de dólares menos en impuestos en comparación con el año anterior, lo que avivó aún más las críticas.
Las protestas significan una resistencia creciente contra el poder desenfrenado de las grandes tecnologías, y los activistas advierten que la creciente dependencia de Amazon de la automatización amenaza cientos de miles de puestos de trabajo. El movimiento subraya la necesidad de responsabilizar a las corporaciones por su impacto económico, social y ambiental.






































