El gobierno de Estados Unidos está a punto de convertirse en el mayor accionista de xLight, una nueva empresa de semiconductores que pretende revolucionar la industria de fabricación de chips, a través de una inversión de 150 millones de dólares. Esta medida, la tercera de su tipo bajo la administración Trump, marca una tendencia creciente a que Washington financie y adquiera capital directamente en empresas privadas estadounidenses, lo que plantea interrogantes sobre el futuro de la inversión en tecnología y la política industrial estadounidense.
El gobierno como capitalista de riesgo: una nueva realidad
La inversión del Departamento de Comercio en xLight, procedente de la Ley de Ciencia y Chips de 2022, está estructurada como una participación accionaria. Esto significa que el gobierno no sólo proporcionará capital; ocupará una importante posición de propiedad en la empresa, lo que influirá en su dirección. Las inversiones anteriores bajo la administración Trump incluyen empresas públicas como Intel y MP Materials, así como otras nuevas empresas de tierras raras, lo que sugiere una estrategia deliberada para asegurar el dominio estadounidense en industrias críticas.
Este enfoque es notable porque se aleja de los modelos tradicionales de financiación basados en subvenciones. Al adquirir capital, el gobierno se beneficia directamente del éxito de la empresa o comparte su fracaso. Esto ha provocado un debate en Silicon Valley, donde los ideales libertarios están profundamente arraigados. Como bromeó Roelof Botha de Sequoia Capital: “Algunas de las palabras más peligrosas del mundo son: ‘Soy del gobierno y estoy aquí para ayudar’”.
La audaz ambición de xLight: desafiar el monopolio de ASML
xLight tiene como objetivo revolucionar la fabricación de chips con un enfoque radical: utilizar láseres impulsados por aceleradores de partículas para crear fuentes de luz más precisas para la creación de chips. Si tiene éxito, esta tecnología podría desafiar a ASML, el gigante holandés que actualmente tiene casi el monopolio de la litografía ultravioleta extrema. Las acciones de ASML han aumentado casi un 50% este año, pero xLight apunta a longitudes de onda aún más pequeñas (2 nanómetros frente a los 13,5 nanómetros de ASML) con el potencial de aumentar la eficiencia del procesamiento de obleas en un 30-40% utilizando menos energía.
La empresa está dirigida por el director ejecutivo Nicholas Kelez, un veterano de la computación cuántica y los laboratorios gubernamentales, y el presidente ejecutivo Pat Gelsinger, el ex director ejecutivo de Intel recientemente destituido después de que sus ambiciosos planes de cambio fracasaran. Gelsinger ve esto como un segundo acto y califica el esfuerzo de “profundamente personal”.
El juego de ajedrez geopolítico
La incursión del gobierno estadounidense en el capitalismo de riesgo no se trata únicamente de innovación; se trata de competencia geopolítica. El secretario de Comercio, Howard Lutnick, considera que la inversión es vital para la seguridad nacional y el liderazgo tecnológico. La realidad es que otras naciones, como China, ya están empleando políticas industriales agresivas para impulsar industrias estratégicas. Como reconoció Botha, Estados Unidos está recurriendo a esta táctica porque necesita contrarrestar esos esfuerzos.
El debate sobre si esto representa una política visionaria o un capitalismo de Estado continuará, pero una cosa está clara: la línea entre la financiación gubernamental y la intervención directa en la industria tecnológica se está desdibujando. Esta tendencia plantea cuestiones fundamentales sobre el papel del Estado en la innovación y las implicaciones a largo plazo para la empresa privada.




















